La música como acompañante del encuentro sexual o de ”la previa”


Resumen

La música suele ser un componente de los encuentros sexuales, y si no lo es debería serlo pero debemos hacer algunas consideraciones al respecto, no cualquier música, no cualquier momento, entre otras.

Cuando se busca en internet las canciones más sensuales o sexys aparece una lista que a excepción de la primera (“Je t’aime”) el resto dista mucho de ser sexy, sino más bien sería pornografía pura en lo que respecta a la letra. Y la melodía lejos está de ser sensual.

“Je t’aime”

“Je t’aime… moi non plus” («Yo te amo… yo tampoco», en español) es una canción francesa con letra y música de Serge Gainsbourg. Sus principales intérpretes fueron el mismo Gainsbourg y Jane Birkin, a dúo.

La canción fue grabada originariamente en 1968 por Serge Gainsbourg y su amante de entonces, Brigitte Bardot.

La grabación de Gainsbourg y Bardot se emitió por radio muy pocas veces, causando un gran escándalo, y no se lanzó en disco por la oposición del marido de Bardot, G. Sachs, un magnate de Playboy, que se cree que sabía del romance de su esposa y Gainsbourg.

En ese mismo año 1968, Gainsbourg conoció a la actriz inglesa Jane Birkin y se enamoró de ella. Ambos grabaron una nueva versión de la canción, que fue lanzada en 1969.

La letra de la canción es un diálogo imaginario que se produce en un encuentro sexual entre dos amantes. Es muy conocida por la repetición de la frase del título, que se traduce como Yo te amo… Yo tampoco, distorsionada por los gemidos de Birkin. Entre las frases de la canción se destacan:

“Voy y vengo, entre tus caderas”

“Tú eres la ola, yo la isla desnuda”

“El amor físico es un callejón sin salida”

La música

La música es un lenguaje universal y del alma que es capaz de despertar emociones, sensaciones y recuerdos únicos.

La música hace esta magia en los seres humanos desde tiempos inmemoriales.

Acudimos a la música por diversas razones: buscando sentimientos que nos abruman o que desbordan. También buscamos las melodías para tranquilizarnos, para estudiar o trabajar, y también para el amor y para el encuentro sexual con el otro u otra.

Hay infinidad de estudios científicos respecto a diferentes actividades y la música. Cuando hacemos actividad física requerimos un tipo de música, energética o fuerte, cuando requerimos estar relajados necesitamos otros ritmos musicales.

La música fortalece ciertas áreas de nuestra conducta como el aprendizaje y la memoria, regula algunas hormonas relacionadas con el estrés, permite evocar experiencias y recuerdos, incide sobre los latidos, la presión arterial y el pulso y modula la velocidad de las ondas cerebrales.

La clave está en encontrar el ritmo que nos pueda favorecer en cada situación específica.

¿Debemos escuchar música durante la actividad sexual?

En realidad es algo muy personal, pero en términos generales durante el acto sexual no es recomendable. En cambio, sí lo es en la “antesala”, en la puesta en escena para generar un clima óptimo. Porque durante el sexo se pueden generar distracciones sobre todo porque solemos poner canciones que nos gustan mucho y suelen competir con el sexo.  Y cuando realizamos dos actividades simultáneas que nos agradan mucho las mismas suelen competir en nuestro cerebro y terminan actuando como distractores, en este caso de la actividad sexual.

La música genera y aumenta la producción de una cantidad de NeuroTransmisores (NT). Y como generalmente procuramos oír música que nos agrada pues vamos a generarnos los NT a nuestro gusto, aquellos que nos proporcionan placer o felicidad. (Placer no es lo mismo que Felicidad)

¿Qué es lo más importante de la música en los encuentros sexuales?

¿Lo que dice la canción o los componentes musicales como la armonía y el ritmo?. No es lo que se dice, sino como se dice.

Así como no es tan importante lo que decimos cuando nos aproximamos a alguien para hablarle, sino más bien como lo decimos (el lenguaje corporal, el tono que utilizamos) lo más importante de la música son los componentes musicales como la armonía y el ritmo.

En este caso también es muy personal, pero en general la música debe acompañar nuestras actividades en lo que a ritmo se refiere. Así que cuando por ejemplo realizamos una actividad física cardiovascular debemos procurar acompañarla con una música energética cuyo ritmo supere nuestra frecuencia cardíaca de reposo (mayor a 60 a 100/min).

Pero si hablamos de actividad sexual, que no es una competencia física, es conveniente que el ritmo de la música o canción escogida se acompase con el momento y no supere los bpm (beats por minuto). Por ello es que en general no elegimos música electrónica para “la previa” por ejemplo, y es por eso que no suele resultar erótica y es desaconsejable para esos momentos.

Hay canciones o temas que lo tienen todo armonía, ritmo, tonalidad, letra, tempos, pero también están los aspectos personales, los recuerdos y el simbolismo cultural de cada tema.

¿El idioma de una canción es importante?

Si bien no es importante lo que dice una canción. El idioma en que la misma está compuesta parecería no ser un obstáculo para la sensibilidad del receptor; sin embargo, esto depende de muchas variables que van desde aspectos personales hasta culturales de acuerdo a algunas filólogas o estudios sociolingüísticos. (Fuente: BBC)

Así por ejemplo tiene mejor prestigio las lenguas romances, como francés, italiano y español que las eslavas. Y a propósito a los latinos nos “endulza” el oído escuchar: “Je t’aime”, “Ti amo”, “Te amo” que “Ich Lieb Dich” (alemán) o “Lyublyu Tebya” (ruso)

De todas formas, sigue primando el ritmo, la melodía y otros aspectos del encuentro y no tanto los idiomáticos.

Escuchar Audio de Radio Sarandí a continuación en el siguiente link:

La música en los encuentros sexuales. “La previa”

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