Pedofilia. Trastorno de Pedofilia. Abuso sexual. Explotación Sexual de menores


Resumen

En este tema es imprescindible y necesario dividir dos áreas de competencia: los aspectos psiquiátricos y los aspectos jurídicos.

La psiquiatría y la sexología aportan herramientas que no sólo nos permiten definir claramente cada una de estas categorías de trastornos sino además ayudan a comprenderlas.

Los aspectos legales son leyes que proporcionan un marco jurídico a veces congruente otras no tanto con el trastorno en cuestión.

Aspectos Psiquiátricos y Sexológicos

Desde el punto de vista Psiquiátrico y Sexológico la Asociación Psiquiátrica Americana a través del DSM 5 y de la CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades) establece claramente los criterios y definiciones:

La Pedofilia es parte de los trastornos parafílicos junto por ejemplo al voyeurismo, frotteurismo, sadismo, masoquismo, fetichismo, necrofilia, zoofilia, etc

El término parafilia (“para” al margen de la atracción) denota cualquier interés sexual intenso y persistente distinto del interés sexual por la estimulación genital o las caricias preliminares dentro de relaciones humanas consentidas y con parejas físicamente maduras y fenotípicamente normales.

Trastorno de pedofilia Criterios diagnósticos -CIE: 302.2 (F65.4)-

  1. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual intensa y recurrente derivada de fantasías, deseos sexuales irrefrenables o comportamientos que implican la actividad sexual con uno o más niños prepúberes (generalmente menores de 13 años).
  2. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables, o los deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar importante o problemas interpersonales.
  3. El individuo tiene como mínimo 16 años y es al menos cinco años mayor que el niño/niños del Criterio A.

Nota: No incluir a un individuo al final de la adolescencia que mantiene una relación sexual continua con otro individuo de 12 o 13 años.

Especificar si:

Tipo exclusivo (atracción exclusiva por los niños)

Tipo no exclusivo

Especificar si:

Atracción sexual por el sexo masculino

Atracción sexual por el sexo femenino

Atracción sexual por ambos sexos

Especificar si: Limitado al incesto

Características diagnósticas

Los criterios diagnósticos del trastorno de pedofilia pueden aplicarse tanto a los individuos que admiten libremente este tipo de parafilia como a aquellos otros que niegan categóricamente cualquier atracción sexual hacia los niños prepúberes (generalmente menores de 13 años) a pesar de haber considerables pruebas objetivas de lo contrario.

  1. Si los individuos también se quejan de que sus deseos o preferencias sexuales por los niños les están causando problemas psicosociales, o legales pueden ser diagnosticados de trastorno de pedofilia.
  2. Sin embargo, hay individuos que refieren ausencia de sentimientos de culpa, vergüenza o ansiedad a causa de estos impulsos parafílicos, nunca han actuado bajo esos impulsos (según sus propias referencias, por valoraciones objetivas o por ambas) y no tienen antecedentes legales, entonces esos individuos tienen una pedofilia, pero no un trastorno de pedofilia.
  3. Existen individuos niegan tener impulsos o fantasías que implican niños, pueden también negar sentir malestar subjetivo así como negar comportamientos o conductas con niños. Estos individuos todavía pueden ser diagnosticados de trastorno de pedofilia siempre que haya pruebas de comportamientos persistentes recurrentes durante 6 meses (Criterio A) y de que dichos individuos han actuado con deseos sexuales irrefrenables o tenidos problemas interpersonales como consecuencia del trastorno (Criterio B). La presencia de varias víctimas, es una condición suficiente, para el diagnóstico; esto es, el individuo puede todavía cumplir el Criterio A

La cláusula del Criterio A en la que se indica que los signos o síntomas de pedofilia han persistido durante 6 o más meses se ha establecido con el objeto de asegurar que la atracción sexual por los niños no sea meramente transitoria. Sin embargo, el diagnóstico puede realizarse si hay signos clínicos de persistencia continuada de la atracción sexual hacia los niños, incluso si la duración de 6 meses no puede determinarse de forma precisa.

Características asociadas que apoyan el diagnóstico

El uso frecuente de pornografía en la que aparezcan niños prepúberes es un indicador útil para el diagnóstico del trastorno de pedofilia. Es un ejemplo concreto del caso general según el cual las personas probablemente consumen la clase de pornografía que se corresponde con sus intereses sexuales.

Prevalencia

La prevalencia del trastorno de pedofilia en la población se desconoce. La prevalencia poblacional del trastorno de pedofilia en las mujeres es todavía más incierta, aunque probablemente es una pequeña fracción de la prevalencia observada en el hombre.

Desarrollo y curso

Los hombres adultos con trastorno de pedofilia pueden referir que se dieron cuenta de su interés sexual intenso o preferente por los niños en la época de la pubertad —la misma etapa en la que los hombres que más tarde preferirán a parejas físicamente maduras son conscientes de su interés sexual hacia los hombres o las mujeres—.

Tratar de diagnosticar el trastorno de pedofilia a la edad en que se manifiesta por primera vez es problemático por la dificultad que entraña diferenciarlo durante la adolescencia del interés sexual por los iguales propio de la edad o de la curiosidad sexual. De este modo, el Criterio C requiere el diagnóstico de un mínimo de 16 años de edad y de al menos una edad de 5 años más que la del niño o los niños del Criterio A.

La pedofilia per se parece ser un trastorno de por vida. Sin embargo, el trastorno de pedofilia incluye necesariamente otros elementos que pueden cambiar durante el tiempo con o sin tratamiento: malestar subjetivo (p. ej., culpa, vergüenza, frustración sexual intensa, sentimientos de aislamiento) o deterioro psicosocial, o la tendencia a motivarse sexualmente con niños, o ambas. Por tanto, el curso del trastorno de pedofilia puede fluctuar, aumentar o disminuir con la edad.

Los adultos con trastorno de pedofilia pueden referir que ya eran conscientes de su interés sexual por los niños antes de que se iniciaran sus comportamientos sexuales en relación con ellos o de autoidentificarse como pedófilos. El aumento de la edad es probable que disminuya la frecuencia de los comportamientos sexuales con implicación de niños, como sucede en otros comportamientos sexuales normofílicos y parafílicos.

Características del pedófilo

Debemos entender que la pedofilia atraviesa todas las clases sociales, no distingue sectores, lo hemos visto en todas las profesiones desde profesionales de la salud, hasta políticos, pasando por profesionales del medio, cantantes, profesores, curas.

Y los más importante y frecuente lo vemos en familiares: padres, hermanos, tíos. Si suceden abusos sexuales intrafamiliares tenemos que entender que las personas de nuestro núcleo familiar son las que merecen nuestra mayor confianza, les dejamos a nuestros hijos a su cuidado. Por tanto, alegar “trayectoria”, “honorabilidad”, “decencia”, como argumentos en contra de la pedofilia, resulta no solo insustancial, sino de una ingenuidad supina y es producto del desconocimiento absoluto del trastorno.

Los individuos con trastorno de pedofilia no son identificables fácilmente por las personas. Muchas veces suele ser todo lo contrario, son individuos empáticos, sociales, amigables y seductores con los niños y adolescentes, suelen ser los menos “sospechosos”.

Factores de riesgo y pronóstico

Ambientales. Los hombres adultos con pedofilia a menudo afirman haber sido objeto de abusos sexuales en la infancia. No está claro, sin embargo, si esta correlación refleja una influencia causal entre el abuso sexual en la infancia y la pedofilia en la edad adulta. La mayoría de los niños abusados no terminan siendo pedófilos. Se supone que hay algo en el desarrollo psicosexual del individuo que determina su conformación futura como pedófilo.

Genéticos y fisiológicos. Dado que la pedofilia es condición necesaria para el trastorno de pedofilia, cualquier factor que incremente la probabilidad de la pedofilia incrementa a su vez el riesgo de presentar el trastorno de pedofilia. Existen algunos indicios de que una alteración del neurodesarrollo en el útero incrementa la probabilidad de desarrollar una orientación pedófila.

Aspectos diagnósticos relacionados con el género

Las pruebas psicofisiológicas de laboratorio que miden el interés sexual y que a veces son útiles para el diagnóstico del trastorno de pedofilia en los hombres. No son necesariamente útiles para diagnosticar este trastorno en las mujeres, ni siquiera si los métodos empleados son idénticos (p. ej., el tiempo de observación) o análogos (p. ej., pletismografía de pene y fotopletismografía vaginal)

Marcadores diagnósticos

Las medidas psicofisiológicas del interés sexual pueden a veces ser útiles cuando los antecedentes de la persona sugieren la posible presencia del trastorno de pedofilia, pero el individuo niega cualquier atracción intensa o preferente hacia los niños.

La pletismografía peneana es la prueba más ampliamente investigada y que hace más tiempo que se usa para realizar dichas medidas, pese a que la sensibilidad y la especificidad del diagnóstico pueden variar de un sitio a otro. El tiempo de observación, que emplea fotografías de personas desnudas o con poca ropa como estímulo visual, se utiliza también para diagnosticar el trastorno de pedofilia, especialmente en combinación con los datos aportados por el paciente. Sin embargo, los especialistas en salud mental de Estados Unidos deberían ser conscientes de que la posesión de esa clase de estímulos visuales, incluso a efectos diagnósticos, puede violar la ley americana sobre posesión de pornografía infantil y llevar al profesional de salud mental a ser objeto de un juicio penal.

Las escalas o test: Escala de Cogniciones de Abel y Becker, el Cuestionario de Cogniciones sobre Niños y Sexo, el Cuestionario de Actitudes Sexuales de Hanson y la escala MOLEST

Comorbilidad

La comorbilidad psiquiátrica del trastorno de pedofilia incluye los trastornos por consumo de sustancias, los trastornos depresivos, bipolar y de ansiedad, los trastornos de personalidad antisocial y otros trastornos parafílicos. Sin embargo, los hallazgos relativos a los trastornos comórbidos se basan en gran medida en individuos condenados por agresiones sexuales a niños (casi todos hombres) y no deben ser generalizables a otros individuos con trastorno de pedofilia (p. ej., los individuos que nunca se han acercado sexualmente a niños pero que cumplen los criterios diagnósticos del trastorno de pedofilia sobre la base del malestar subjetivo).

Abuso sexual aislado

No todos los que cometen un abuso sexual único son pedófilos. Hay un gran porcentaje restante que comete un delito relacionado con el abuso de menores o la pornografía infantil que responde a motivaciones distintas, derivadas de un nivel elevado de rasgos antisociales, desinhibición, u oportunismo

ANEXO

Aspectos Legales

Ley Nº 17.815 Violencia sexual contra niños, adolescentes o incapaces 

Artículo 4:

– Retribución o promesa de retribución a menores de edad o incapaces para que realicen actos sexuales o eróticos del cualquier tipo: el que pague o prometa pagar o dar a cambio una ventaja económica o de otro tipo a un menor de edad o incapaz, para que realice actos sexuales o eróticos, será castigado con pena de 2 a 12 años de penitenciaría.

Ley N° 9.155 Delitos Sexuales

Sobre “Violación”, “Abuso Sexual”, “Atentado Violento al pudor”, “Ultraje público al pudor”: Artículo 272; Artículo 272-BIS; Artículo 272-TER; Artículo 273; Artículo 273-BIS; Artículo 277; Artículo 277-BIS; Artículo 279

 

Escuchar Audio de Radio Sarandí, Viva la Tarde a continuación:

 

 

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