El adolescente y su vida sexual: ¿Qué rol deben desempeñar los padres?


Resumen

Antes que nada, si nuestros hijos llegaron a la etapa de la adolescencia y nunca hablamos de sexualidad, o nunca le pusimos límites vamos a tener una tarea bastante más difícil sino imposible. La educación sexual no comienza en la adolescencia. Comienza en el nacimiento. Desde como llamamos a sus genitales hasta si les permitimos o no compartir nuestra cama. Dicho esto, trataremos de dar pautas para los padres o tutores.

La Organización Mundial de la Salud define a la adolescencia como el período de crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años. Independientemente de la dificultad para establecer un rango exacto de edad es importante el valor adaptativo, funcional y decisivo que tiene esta etapa.

  1. Temprana: 10 a 13: Las hormonas sexuales comienzan a estar presentes y por esto se dan cambios físicos: “pegan el estirón”, cambian la voz, aparece vello púbico y en axilas, olor corporal, aumento de sudoración y con esto surge el enemigo de los adolescentes: el acné. Comienzan a buscar cada vez más a los amigos
  2. 14 a 16: Comienzan a evidenciarse cambios a nivel psicológico y en la construcción de su identidad, cómo se ven y cómo quieren que los vean. La independencia de sus padres es casi obligatoria y es la etapa en la que pueden caer fácilmente en situaciones de riesgo.
  3. Tardía: 17 a 19 años: Comienzan a sentirse más cómodos con su cuerpo, buscando la aceptación para definir así su identidad. Se preocupan cada vez más por su futuro y sus decisiones están en concordancia con ello. Los grupos ya no son lo más importante y comienzan a elegir relaciones individuales o grupos más pequeños.

Los adolescentes tienen mala prensa, son subestimados por la sociedad y por los padres

Los adolescentes no buscan hacernos enojar intencionalmente, no quieren hacernos la guerra ni iniciar una lucha de poder. Muchas veces si no hacen lo que esperamos, es porque no pueden hacerlo, porque hay un proceso de maduración cerebral que está en marcha y debe consolidarse para dar paso a una persona con capacidad de autorregulación y toma de decisiones responsables.

Neurodesarrollo

La adolescencia es un período crucial para el neurodesarrollo, en el que se da un incremento en la velocidad de conexión de las redes entre las distintas áreas del cerebro. Como si fuera una computadora, durante la adolescencia el cerebro está en “plena actualización de su software”, para adaptarse al entorno y quedar listo para funcionar en el resto de la vida adulta.

Hay tres factores importantes vinculados al neurodesarrollo:

  •  Etapa de sensibilidad máxima del cerebro a la dopamina, un neuorotransmisor que activa los circuitos de gratificación y toma de decisiones. Esto ayuda a explicar su rapidez de aprendizaje, su extraordinaria receptividad a la recompensa y sus reacciones extremas ante el éxito y la derrota. El adolescente se guía más que nadie por actividades que le producen placer. Esto es imprescindible para entender cómo toman sus decisiones.
  • El cerebro adolescente es especialmente sensible a la oxitocina, otro neurotransmisor, que entre otras cosas hace más gratificantes las relaciones sociales.
  • La serotonina es otro neurotransmisor que puede aparecer desregulado en la adolescencia. Esto explica el estado cambiante y variable en el ánimo de los adolescentes, así como su apetito y sueño. Cuando funciona de manera óptima, la serotonina conduce al bienestar y la felicidad. Niveles bajos de serotonina en la adolescencia pueden relacionarse con la soledad, los trastornos alimentarios, la depresión y conductas autoagresivas.

Esto es clave para comprender su comportamiento, tan variable e impredecible que muchas veces puede irritar a los adultos: en el mismo día pueden tener reacciones muy distintas y oscilantes.

Por todo lo antedicho los adolescentes se exponen a mayores riesgos, lo hacen no por ser desafiantes o contrariar a los adultos sino porque necesitan hacerlo para crecer y aprender a tomar decisiones. Tomar esos riesgos es una característica distintiva de esta etapa. Su cerebro necesita ese nivel de experimentación y prueba para seguir su proceso de moldeado y reestructuración.

La corteza prefrontal, zona clave para el desarrollo de funciones como la planificación, la toma de decisiones, la inhibición de impulsos y la capacidad de autocontrol, no termina de madurar hasta los 25-27 años.

Estos dos factores, un sistema de autocontrol aún inmaduro, así como anteponer el valor de la recompensa por sobre otras cosas, influyen directamente en la forma en que los adolescentes toman sus decisiones y calibran los riesgos. Y conocer esto nos brinda a los adultos otra perspectiva para comprender sus conductas.

Los adultos y los límites

Los adultos no debemos acercarnos desde el miedo o reaccionando mal cuando el adolescente nos cuestione, esto no habilita el diálogo ni construye un entorno de confianza y seguridad. Por lo tanto, nuestra presencia como adultos es clave, para mediar, supervisar y guiar, a la vez que brindamos espacio y tiempo para poder probar

El adolescente necesita y reclama paulatinamente mayor autonomía. El rol de los adultos implica acompañar este proceso y ayudar a los adolescentes para que aprendan a manejarse libremente, pero también marcar los límites, que son fundamentales en este período vital, claves para que aprendan a frustrarse sanamente y crecer saludablemente. Si estos límites están presentes, ayudarán a formar una estructura de personalidad

¿Por qué nos cuesta poner límites? Los límites generan resistencia en los adolescentes. Ellos pueden llegar a recibir estos límites como una amenaza a su libertad. Y esto puede generarnos incomodidad y ponernos en el papel de “malos de la película”, pero es necesario. Ellos necesitan un adulto que pueda resistir esa incomodidad y que sirva de referencia para responder con límites claros. Es clave ayudarlos a comprender que los límites no imposibilitan la libertad, sino que demarcan un campo dentro del cual pueden moverse con libertad.

Una norma que se incumple y no tiene consecuencias no tiene ningún sentido. Las consecuencias claras en caso de transgresión de los límites son las que permiten aprender de las reglas. Estas consecuencias deben ser proporcionales a la falta y deben conservar una relación lógica.

La autoridad existe si hay respeto mutuo y eso empieza por un adulto que respeta al adolescente, que lo escucha, que le da participación y no a la inversa. Los adultos transmitimos autoridad cuando logramos escuchar activamente a nuestros hijos, si sabemos argumentar y si logramos conectar con ellos. Hay dos extremos que no son los deseados y suelen generarse desde la impotencia del adulto: el adulto-céntrico (autoridad abusiva, que genera miedo y no entiende que el mundo cambió) y el negligente.

¿Cómo deben actuar los padres?

Establecer cuáles son las actitudes de los padres ante cada comportamiento de los adolescentes sería como elaborar las pautas para una adolescencia única, formal, con parámetros rígidos y concretos. Y lo cierto es que existen familias con valores diferentes y adolescentes con personalidades distintas.

Los parámetros rígidos no sirven porque eso derrumbaría precisamente el concepto de la adolescencia y no la deja seguir su propio camino: el de la búsqueda, la apertura y la construcción de la identidad.

 Si bien no podemos elaborar una guía de conductas parentales sí podemos reflexionar sobre las preocupaciones o miedos que tienen la mayoría de los padres y que es de donde devienen las actitudes para con los hijos.

El tema de la sexualidad es una cuestión que preocupa a los padres, ya que el despertar hacia una vida sexual activa se produce cada vez más temprano. Los adultos se preguntan por la orientación sexual de sus hijos y no solo por los cuidados que deben tener en relación con el tema.

Un tema conectado con el anterior es que los adolescentes comienzan a apartarse y a generar nuevos espacios y vínculos. Ya no son ellos los que les brindan conocimientos e información, sino que son otros sujetos sociales, los medios de comunicación y las redes sociales las que imparten las nuevas normas de convivencia, que se transforman en los nuevos modelos a seguir

Los padres tienen miedo que los hijos repitan sus mismos errores, pero, por otro lado, desean que cumplan sus sueños no concretados, aquellas oportunidades perdidas. Al querer saber todo sobre sus hijos, sus deseos, sus miedos, sus problemas, superponen sus propias angustias y ansiedades. Esto hace que el deseado acercamiento se produzca más como enfrentamiento que como encuentro

Pero un tema que los padres deberían tener presente más aún que el tema sexual es el vinculado con los trastornos del ánimo de los adolescentes y sus peores consecuencias: el suicidio.

Lo mejor que pueden hacer los padres por sus hijos es ofrecerles un espacio de confianza para que puedan crecer y desarrollarse, generar situaciones de encuentro, y fundamentalmente marcar los límites no como forma de represión sino como marco de contención

Se trata de encontrar un espacio donde la palabra se adelanta a la acción y donde el adolescente pueda construir su propio control en función de una mirada y un encuentro con el adulto

Lo que no podemos hacer:

  1. Actuar por enojo
  2. Reprimir en lugar de dar contención
  3. Pensar o suponer que no van a vivir experiencias o a sufrir: si, lo van a hacer: es parte de la maduración, las frustraciones, las malas experiencias
  4. No estar cuando nos necesiten, sin importar el hecho
  5. No elogiarlos o recompensarlos para su autoestima (son personas en construcción)
  6. Gritar (no es poner límites) Nuestras acciones hablan más que nuestras palabras: si le decimos no deberías fumar marihuana y nos ven fumando marihuana, nuestras palabras no sirven para nada
  7. Nunca imponer sin razonar, siempre dialogar y ESCUCHAR por sobre todas las cosas
  8. Nunca mentir

                       Fuentes: UNICEF, OMS

Escuchar audios de Radio Sarandí, Viva la Tarde, a continuación:

Sexualidad de los Adolescentes. Rol de los padres 1

Sexualidad de los Adolescentes. Rol de los padres 2

 

 

 

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