Sexualidad y Feminismos


Resumen

La reivindicación de las mujeres por la equidad de derechos entre ambos sexos ha sido una constante desde que se iniciaran los primeros movimientos individuales o colectivos en el siglo XVIII.

La situación de desigualdad y discriminación ante el hombre que han sufrido las mujeres ha hecho que éstas, en varios períodos históricos, levantaran su voz contra un sistema injusto que las relegaba a un plano secundario y subordinado dentro de la sociedad.

En la historia occidental tanto en el discurso y en la práctica se afirmaba la inferioridad de las mujeres respecto a los hombres.

La sexualidad es quizás uno de los ejes más importantes sino centrales de este tema, es a partir de esta donde se articulan el poder, la dominación, las formas más sutiles de desigualdad y también las más grandes por ej, el abuso sexual.

Pero antes que nada es importante decir que no se trata de una lucha de mujeres contra varones, al menos en lo que a nuestro planteo se refiere. Y no sólo a nuestro planteo, el núcleo central y las bases del feminismo reivindican la equidad de género entre varones y mujeres en todos los ámbitos: sexual, laboral, económico, político y social. Y eso no es luchar contra los hombres es en todo caso luchar contra un sistema. Un sistema construido por varones y mujeres, que luego podremos discutir sobre como se inició, o el porqué de cómo se reescribió, pero este es un tema más extenso que requiere una perspectiva histórica, política, y hasta antropológica.

Y esto interesa mucho desde la sexualidad, porque abarca desde dónde se colocan las mujeres en su rol sexual (llámese libertad sexual, autodeterminación, derribar mitos, hasta distribución de tareas en su hogar y en la sociedad: sobrecarga, ansiedad, sobreexigencia).

Ello implica una deconstrucción diaria de los mandatos que nos han sido legado desde 8.000 años atrás. Por eso es que cuando alguien afirma ligeramente “yo no soy machista”., creemos que deberíamos revisar tal enunciado. Al menos podríamos decir “intento no serlo”, pero, seguramente algo de machismo aún permanezca en nosotros ya que fuimos educados en una sociedad machista y patriarcal, pero en todo caso deberíamos intentar deconstruir esto en forma permanente. Y la forma de deconstruirnos es precisamente pensarnos como tales.

Pero definamos algunos términos

PATRIARCADO

Como sistema de legislación se llevó adelante desde la antigüedad clásica (griega y romana – S.VIII A.C.) hasta el Siglo XIX.

Como sistema de organización social que instaura y justifica la dominación masculina, podemos rastrearlo desde 8.000 años atrás desde la época Neolítica y continúa hasta nuestros días.

MACHISMO

Las acciones cotidianas que refuerzan el sistema patriarcal. Es un comportamiento de desvalorización hacia las mujeres. Responde a una forma particular de organizar las relaciones entre los géneros. La desigual distribución del ejercicio del poder sobre otros u otras conduce a la asimetría en la relación entre ambos. Ejs actuales: desigualdad salarial, desigualdad sexual o doble moral sexual: un varón que tiene múltiples parejas sexuales está aún bien visto no así la mujer.

MOVIMIENTO FEMINISTA

Ideología que trae aparejados movimientos políticos, económicos, sociales y culturales

Es un movimiento plural y diverso por lo cual podríamos hablar de “feminismos”

Se basa en la lucha (desde el punto de vista sociológico, no literal) por los derechos de las mujeres, pero en su lucha antipatriarcal se amplía a los derechos de todas las llamadas “minorías”. Y aclaramos: la idea de lucha no como pelea sino como fenómeno de movilización social como un esfuerzo para resolver un conflicto.

FEMINISMO PREMODERNO

La Francia de finales del siglo XVIII fue el marco que vio nacer las primeras expresiones de reivindicación de la igualdad de derechos para mujeres y hombres. Los famosos saloniéres o salones comenzaron su andadura como espacios públicos acogedores de nuevas normas y valores sociales. Las reuniones, que comenzaron siendo círculos literarios, se convirtieron en espacios de participación de mujeres suficientemente carismáticas e inteligentes como para destacar y protagonizar un nuevo movimiento literario y social.

Diferentes autores/as coinciden en señalar que la llegada de la Revolución Francesa propició que las mujeres se atrevieran a romper las formas establecidas y participar en la lucha por la ciudadanía, aunque este concepto no fuera de similar significado para hombres y mujeres.

La Constitución de 1793 excluyó definitivamente a las mujeres de los derechos políticos con lo que perdieron el rango de ciudadanas y el derecho de asociación. Los clubes femeninos fueron cerrados y en 1794 se prohibió la presencia de mujeres en cualquier tipo de actividad política

La Revolución Francesa supuso, en definitiva, una cierta derrota para el feminismo e instituyó una igualdad de ciudadanos entre los que no se incluía a las mujeres. Textualmente, la Constitución de 1793 proclamaba: “…… los niños, los deficiente mentales, los menores de edad, las mujeres (….) no podrán ser considerados ciudadanos”.

PRIMERA OLA

Siglo XIX. Ligado al Liberalismo. Y a los movimientos sufragistas. Derecho al voto como motor del movimiento Participación de las mujeres en Movimiento antiesclavista.

Transforman sus reivindicaciones sociales en políticas.

-1890 se funda en EEUU “Asociación Nacional Norteamericana pro Sufragio de la Mujer”

-1897 se funda en Inglaterra “Unión Nacional de Sociedades pro Sufragio de la Mujer”

-1913 la desobediencia civil lleva a las feministas a la cárcel. Se disuelven asociaciones (Inglaterra).

-1917  voto para las mujeres mayores de 30 (Inglaterra) en 1928 se equiparan a los varones.

-1920  Voto “parcial” femenino en EEUU. Las mujeres afrodescendientes no lo obtienen hasta 1961.

– 1938 El 3 de julio de 1927, Uruguay se convirtió el primer país latinoamericano en donde las mujeres pudieron votar. Se trató de un plebiscito local.

La primera mujer que votó en Latinoamérica lo hizo en esta ocasión y se llamaba Rita Rebeira, quien era inmigrante brasileña y tenía noventa años.

Once años tuvieron que pasar para que se aprobara el voto femenino, en 1938, en las elecciones nacionales.

SEGUNDA OLA (S. XX post guerra)

Se abogó por el reparto equitativo del trabajo doméstico y otras cuestiones que no se habían planteado hasta entonces en lo que parecía una época de igualdad legal aunque ésta no fuera real en muchos ámbitos.

Simone de Beauvoir “El Segundo Sexo” (1949)

“Tengo que decir que no pensé en aceptar aquella propuesta ni un segundo. El matrimonio multiplica por dos las obligaciones familiares y todas las faenas sociales. Al modificar nuestras relaciones con los demás, habría alterado fatalmente las que existían entre nosotros dos. El afán de preservar mi propia independencia no pesó mucho en mi decisión; me habría parecido artificial buscar en la ausencia una libertad que, con toda sinceridad, solamente podía encontrar en mi cabeza y en mi corazón”.

De Beauvoir se convirtió en precursora del movimiento feminista al describir a una sociedad en la que se relega a la mujer a una situación de inferioridad. Su análisis de la condición femenina, en ruptura con las creencias existencialistas, se apoya en los mitos, las civilizaciones, las religiones, la anatomía y las tradiciones. Este análisis desató un escándalo. Describía el matrimonio como una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución en la que la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de independizarse.”

Kate Millet, que se desarrolló entre los años 1967 y 1975. Ella abordó el tema sexual como un parámetro principal para explicar la dominación masculina

Por su parte, Betty Friedan, con su libro La mística de la feminidad (1963), pone de manifiesto la opresión de las mujeres al estar dirigidas hacia el hogar, ser madres, esposas y también al trabajo lo que origina problemas de ansiedad y otras patologías que hacen infelices a las mujeres. Defendía la liberación de la mujer de las cargas familiares y la corresponsabilidad del hombre en estas tareas.

TERCERA OLA Década del 90

También llamado post feminismo o feminismo crítico

El sistema de dominación nos enseña que hay una división “natural” del trabajo en la familia.

Los hombres se apropian de las mujeres y de su trabajo a través del contrato de matrimonio.

SEXUALIDAD PATRIARCAL VERSUS SEXUALIDAD FEMINISTA

Patriarcal:

-al servicio del hombre

-objeto de deseo y de placer

-propiedad sobre el cuerpo de las mujeres

-doble moral sexual

Feminista:

-al servicio del placer mutuo

-sujetos de deseo y de placer

-el cuerpo como herramienta de comunicación, soberanía corporal

-ejercicio sexual igualitario

Encuestas:            

Se llevaron a cabo encuestas a nivel de redes sociales: Facebook, Instagram, Linkedin, Twitter y Whatsapp. Por supuesto, que no tienen la metodología adecuada como para ser analizadas desde un punto de vista académico, pero al menos nos dan una mirada popular, seguramente sesgada de la opinión de las personas. Sólo presentamos a continuación la encuesta de Twitter de más de 100 votos:

Para el análisis nos vamos a concentrar en el sexo (Varón, Mujer y Otros) y en dos preguntas “¿El feminismo tiene como propósito la equidad de género entre varones y mujeres?”, ”¿Ud. es feminista?”

DE QUÉ SEXO ES UD? %
Masculino 35
Femenino 63
Otros 2

¿CONSIDERA QUE EL FEMINISMO TIENE CÓMO PROPÓSITO LA EQUIDAD DE GÉNERO ENTRE VARONES Y MUJERES? %
Si 48
No 47
No sé 5

 

¿UD. SE CONSIDERA FEMINISTA? %
Si 42
No 49
No sé 10

 

 

Conclusiones y Reflexiones

  1. Votaron más mujeres que varones Lo cual demuestra el desinterés de los mismos por el tema, lo cual debería llamarnos a movernos en torno a esto porque el feminismo no engloba a las mujeres sino a la sociedad en su conjunto. Cuando la mayoría de la votación era masculina la tendencias numéricas eran contrarias a las mostradas al final de la misma
  2. Es interesante destacar que respecto a la pregunta si considera que ¿El feminismo tiene como propósito la equidad de género entre varones y mujeres?, tendríamos a pensar que la mayoría de la población desea eso (equidad en los salarios, en los derechos sexuales, en los accesos a puestos o cargos de poder, en la distribución de tareas) sin embargo sólo un 48 % afirma que “Si”, un 47 % afirma que “No” y un 5 % dice “No sé·. Prácticamente el “Si” y el “No” están equiparados. Aunque el “No sé” no debería desestimarse ligeramente, ya que nos deja una posibilidad interesante respecto de pensar que la persona está deconstruyendo mandatos
  3. Pero en la pregunta ¿Ud se considera feminista? el tema se complejiza más, el porcentaje del “Si” sólo representa el 42 % de los votantes, el “No” casi un 50 % (49 %) Y respecto al “No Sé” es un 10 %.
  4. Pero si relacionamos las últimas dos preguntas resulta mucho más interesante: porque Un 48 % opina que el feminismo tiene como propósito la equidad de género, pero sin embargo sólo un 42 % opina que es feminista. O sea 6 puntos porcentuales de diferencia.
  5. Desde el punto de vista conceptual pareciera que la población general podría ponerse de acuerdo respecto a las concepciones del feminismo o al menos la mitad de la población. Pero en cuánto a la subjetividad, es decir, sentirse dentro de un movimiento que propicia la equidad de género estamos aún lejos ¿será que existen francas resistencias a considerarse parte de un pensamiento, o ideología que proclama dicha equidad?
  6. Nos animaríamos aquí a esbozar alguna opinión al respecto: creemos que obedece a un tema político partidario. Es decir, hay temas que parecieran pertenecer a un sector partidario aunque creemos que no lo son y no debieran tener esa perspectiva. Muchas personas identifican el feminismo como de izquierda (si bien se inició dentro de movimientos sufragistas socialistas, poco tiene que ver en la actualidad con los partidos políticos) pero de hecho parece que en la actualidad el tema se hubiera polarizado.

Entonces, en un tema tan importante como este quedamos rehenes de los partidos políticos, lo cual poco favor le hace al movimiento en sí mismo y a su objetivo. Seguimos naturalizando el poder patriarcal en contra de los derechos de la mujer. Seguimos naturalizando el dolor a la penetración. Seguimos naturalizando que la mujer debe hacer las tareas domésticas más que los varones. Y seguimos naturalizando las cargas sobre el sexo femenino sin darnos cuenta que si esto sigue sucediendo la mujer se enfrenta cada día más a estrés, ansiedad, frustración, sobrecarga y naturalmente esto deviene en falta de deseo sexual, entre otras.

* Agradecemos la colaboración de la Mag. Nancy Chenlo.

 

Escuchar audios de Radio Sarandí a continuación: 

Sexualidad y Feminismos I

Sexualidad y Feminismos II

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